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Aprendizajes y Enseñanzas en la Paridad, la Propia Maestría

“Somos todos Maestros
Venimos a enseñarnos los Unos a los Otros”
Enseñamos sin saberlo, solo SIENDO y los otros nos enseñan SIENDO

En este artículo intentaremos ver (y para ello es necesario que profundicemos nuestra mirada) que más allá de los roles que jugamos todos en esta Realidad (padre, madre, hijo, amigo, socio, jefe, pareja, empleado, maestro, alumno etc.) todos somos PARES.

En la esencia somos PARES. Somos seres que en la esencia estamos a la misma altura del otro.

Mas allá de los roles y los poderes (o ausencia de poderes) implícitos a cada rol, somos seres encarnados que vinimos a vivir una experiencia en este plano y parte importante de esa experiencia lo constituye el aceptar que debemos aprender el Uno del Otro.

Cada Ser tiene una o varias maestrías esenciales, que por el solo hecho de ser, sin hacer nada en especial, está poniendo a disposición de los demás.
Según este concepto, tanto el padre enseña al hijo como el hijo al padre, tanto el padre aprende del hijo como el hijo del padre.

Cada vez que entendemos esto y en lo profundo, en lo esencial, tratamos al otro como Par y nos predisponemos a intercambiar maestrías, ambos crecemos en Poder y Conciencia, limitamos al Ego (que es el que busca y disputa el Poder de Rol) y aumentamos el Poder del Ser.
Ese Poder reside en nuestra Conciencia, la Conciencia del Viaje, de nuestro viaje.

Por supuesto que la toma de conciencia de la propia maestría y la puesta en práctica de la misma a nivel profundo en lo vincular, no implica negar que a nivel mas pragmático y superficial haya diferencias de rol que suponen diferentes responsabilidades y poderes entre nosotros y nuestro hijo, jefe – empleado, maestro – alumno, porque este juego de roles es parte de la vida encarnada.

Sin embargo es importante diferenciar entre la lucha de Poder que genera la disparidad de poder asociado a las Jerarquías o Roles (sometedor - sometido), en donde uno “casi siempre” con distintas estrategias, cuestiona, envidia o quiere apropiarse del Poder del otro; del Poder Implícito que cada uno tiene en su esencia, asociado a su maestría interna, que nadie nos puede disputar o quitar.

Cuando dejamos de luchar por el poder con el otro, cuando dejamos de “proyectar” el poder personal en el otro y conectamos, asumiendo el propio poder y la sabiduría propia, somos capaces de  seguir el camino de uno, el propio camino.
Una vez descubierto y para poder ser fieles a este camino debemos vencer la fantasía de que esta fidelidad va a tener el costo de la soledad, el  aislamiento.

Casi todas las luchas de poder son en esencia una lucha por el poder seguir juntos, cosa hasta allí loable, pero en los términos “no negociables” de uno, varios, o todos los participantes del vínculo.

En general, el que detenta el poder intenta arrastrar a los otros hacia su propio camino, si ese camino coincide con el nuestro podemos seguirlo y deja de ser relevante quien tuvo el “poder” de dar el primer paso.
Si en cambio no coincide y dejamos de pelear para poder estar, pasa algo casi “mágico”, ya que si decidimos abandonar el camino ajeno para seguir el propio, en ese camino propio el otro deja de tener poder sobre nosotros.
(Un jefe tiene poder sobre su empleado hasta que este decide dejar de serlo)

El verdadero poder esencial asociado a nuestra maestría esencial, consiste en poder reconocer y recorrer este sendero propio que va cambiando a lo largo de nuestra vida, relacionándonos con los otros sin traicionar nuestro camino y a la vez respetando y aceptando el camino personal de cada uno, independientemente de si este respeto mutuo genera encuentro o desencuentro, si nos agrega o nos quita algunos compañeros de viaje.

Entendiendo mas profundamente que nosotros y los demás tenemos una sabiduría, una Maestría innata que venimos a enseñar y a aprender, debemos “Abrirnos a los Maestros de la Vida, que somos Todos”,  tomar conciencia de esto y ver de que modo ejercerlo en nuestra vida diaria.

Saludamos respetuosa y amorosamente al maestro que hay en cada uno de ustedes

Autores
Ing. Pedro Coronas
Lic. Sandra Dreifuss