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Terapia Psico-corporal Bioenergética

A cargo de Pedro Coronas

Modalidad sesiones individuales presenciales o a distancia
Duración de 60 minutos
Frecuencia semanal o quincenal 

Nota Importante: En las primeras  sesiones de la terapia se confecciona el Mapa/Diagnóstico Caracterológico (ver detalle de esta actividad). Disponer en un principio de esta potente herramienta de autoconocimiento acelera el posterior avance del tratamiento.

La bioenergética es una técnica terapéutica que ve al ser humano integrado en su psico-corporalidad, es decir que entiende que los procesos psíquicos se reflejan y dejan huella en el cuerpo y viceversa.

Desde esta mirada, no tenemos una identidad mental y una identidad corporal separadas, sino que ambas (mente-cuerpo) constituyen una unidad funcional más amplia que define nuestra identidad psico-corporal, que a su vez se integra en un plano superior de conciencia a nuestra identidad espiritual. Adherir a este concepto integrador de que nuestra identidad es un todo mucho más amplio que la suma de sus partes, eleva nuestro nivel de conciencia y frente a nuestros padeceres nos invita al desafío de encontrar soluciones que satisfagan a nuestro ser total.

En esencia todos somos este ser total e integrado, potencialmente sanos, con un alto grado de conciencia y capacidad de autorrealización, sin embargo en nuestro proceso de crecimiento e individuación, fuimos perdiendo conciencia de una parte de nosotros mismos. Al llegar a la adultez, de nuestra identidad total en cada uno de sus aspectos (corporal, mental, espiritual) todos tenemos una parte que conocemos, de la que somos concientes y mantenemos a la luz, y otra parte de la que nos olvidamos, de la que nos somos concientes, que reprimimos y en consecuencia mantenemos en sombra.

Como muchas otras técnicas terapéuticas, la bioenergética intenta volver a hacer concientes, aspectos inconcientes de nuestra identidad, volver a iluminar nuestros aspectos en sombra. Para iluminar una habitación necesitamos ENERGÍA eléctrica que nos permita encender una lámpara. Para iluminar más debemos aumentar la potencia de la lámpara y consumir más ENERGÍA.

La bioenergética investigó la gran cantidad de ENERGÍA que a nivel corporal está reprimida para mantener en sombra algunos aspectos de nuestra identidad que desearían salir a la luz y que nosotros mantenemos ocultos (inconcientes) porque nos asusta mostrarlos. Por lo tanto en la práctica, partiendo de los síntomas y conflictos que trae el consultante, que siempre son una manifestación de esta energía reprimida, se comienza desde un abordaje corporal (masaje, ejercicios) a liberar la ENERGÍA reprimida en la coraza corporal, utilizando esta gran cantidad de ENERGÍA liberada como una potente fuente de luz que ILUMINA y nos permite VER y acceder a áreas de nuestra identidad que estaban en la sombra.

Debido a este abordaje corporal, se suele definir a la bioenergética como una “terapia corporal", sin embargo la realidad es que la bioenergética ACCEDE a nuestra identidad total a partir de la movilización de la energía corporal reprimida en la coraza muscular. Una vez que esta energía se pone en movimiento, no sólo libera el cuerpo, sino a las emociones e ideas asociadas en el dominio de lo psíquico y en general también nos remite a la situación original en que debimos reprimir o renunciar a expresar ese aspecto de nuestro ser total, permitiéndonos reconectar con las potencialidades que guardamos dentro.

Si (como ejemplo simplificado) en nuestra infancia reprimimos el enojo, en la adultez no podremos responder adecuadamente a situaciones que requieren que “nos enojemos". Potencialmente tenemos la capacidad de enojarnos (el enojo es parte de nuestra identidad) pero está en las sombras, no tenemos acceso a la emoción, ni a la idea de enojarnos y menos aún a la expresión corporal asociada.

Todo nuestro enojo está reprimido, guardado, e inconcientemente nuestro cuerpo invierte una gran cantidad de energía en mantenerlo oculto. Cuando, a través del desbloqueo de la coraza, este enojo sale a la luz, vuelve a ser conciente, se vuelve a expresar, se recupera esa emoción y la idea asociada, como parte de nuestra identidad.

Como además esto ocurre dentro del ámbito de la consulta, el enojo o cualquier emoción que se exprese puede ser trabajada y entendida en un marco de contención y respeto actual, muy distinto al marco infantil en el cual debimos elegir reprimir la emoción. A partir de esta primera integración, ampliamos nuestra identidad, seguramente disolvemos algún síntoma y además recuperamos parte de la energía antes reprimida en la coraza para seguir “iluminando" el siguiente rincón oscuro.

La energía recuperada va guiando el proceso en el que cuerpo-mente dejan de ser opuestos y comienzan a unirse y complementarse. Esta posibilidad de enraizar en el cuerpo nos brinda la seguridad necesaria para modificar nuestros mapas (esquemas) mentales lo que a su vez nos permiten accionar “ponerle el cuerpo" a la realidad de una manera más productiva, creativa y adulta.